el sótano que compartimos

I

habrá monstruos

que rajen la tierra con su aliento

peores que los que habitan en los libros

de la autoridad de turno

II

la esperanza de un mundo sin ellos

es la certeza de un mundo sin sed

III

queridas bestias

teman a la desidia y a la indecisión

los mostros vendrán

sólo y exclusivamente para jalarles las patas

mientras uds están chillin’ en la suya

desde la sombra del placard

bípedos horrendos llamados Zorg

de vez en cuando se filtran

como si la mancha negra bajo la ropa

que aún cuelga de la abuela 

fuera un portal intergaláctico

estilo rickymortés 

los encontrarán en los destellos que burbujean

como zigzags en el espejo

cuando se apaga la luz

tras el último buenas noches

desde ellos

los Incendiaries miran  

como a través

de un efímero ojo transdimensional

así también

en el leve rugido al otro lado de la ventana

afinados

al silbido de la noche

cantan con sombrero vaquero

casi imperceptiblemente los Crooners

y con viscosidades de cuatro acordes

tejen

las pesadillas rítmicas que compartimos

IV

ya lo saben

el olor a patas frescas los guía

corran

mientras más corran más rápido

los jalan a su norte

quieren hijackearles el hipotálamo

arrancarles y escupir

lo que la vox populi mitifica

en esa bomba de sangre

que explota puntual

en el peor momento del día

pero que más bien refiere

a procesos químicos verificables en las ratas

y en algunas familias

de hongos silvestres 

así que corran

sin mirar atrás

que esos monstruos

perrean y duermen

en el sótano de nuestro hogar

Daniela Frankenberg