Primer lugar
para Vicente Gael
diligente
el niño entrena por las noches
entre las sombras multiformes que se escapan del placard
los chirridos metaloides
que escurren por las esquinas del techo
y ese viscoso que se retuerce
fosforescente bajo la cama
el niño
tenaz se concentra
respira hasta el fondo sin pestañear
baja lento
el telón que marca el limite de la pista
regresa
a su carril vacío
enciende su linterna y comienza a buscar
monstruos de nuevo
en las Olimpiadas de las Pesadillas
las reglas son claras
al despertar aterrado
quien más pronto duerme
más cerca está de ganar